Creemos que lo más importante son las personas: la familia, los amigos y la comunidad que va con y por nosotros.

Porque POSCO no nació solo sino de una madre que acompañaba, una abuela que tejía, una amiga que escuchaba y una comunidad que confiaba.

Creemos que hoy es el momento de devolverle a esa comunidad todo lo que nos dio y sigue dando. Esa contención, esa escucha, ese aliento. Retribuya y empodere a todos aquellos hacedores que aún necesitan un empujón en su camino. Porque POSCO es para los que trabajan, para los que enseñan, para los que aprenden, para los que aman lo que hacen.

Y confiamos en que ese impulso viene principalmente de la educación. Sin duda, la educación es la clave para el desarrollo personal y social de las personas y para construir un futuro más justo y sostenible para todos.

Al eliminar las barreras sociales podemos mejorar la calidad de vida de los niños y las familias, ya que es bien sabido que al brindar oportunidades equitativas y justas, las personas son mental, emocional y físicamente más saludables. Se les anima más a aprender sobre sus talentos, lo que los lleva a apasionarse por la vida. ¡Y ciertamente sabemos que las cosas hechas con pasión son casi imposibles de parar!

POSCO no se trata de lo que hacemos, sino de por qué lo hacemos. Al convertirnos en un modelo de empoderamiento comunitario que brinda educación y apoyo empresarial, estamos creando caminos que promueven la inclusión, la sostenibilidad y el crecimiento. Porque no se trata de hacer zapatos, se trata de contar historias.

Hoy más que nunca, POSCO quiere apoyar a las diferentes comunidades de Argentina para que aprendan a saber, hacer, ser y convivir, como una Familia. Porque la educación mueve fronteras.