Mis abuelos, Nélida y Jorge. Ellos me hicieron quien soy y por eso les estoy agradecido. Fueron los primeros modelos de las campañas de POSCO.

En invierno, junto con un grupo de abuelas de una zona rural de mi querido Chaco, Nani teje y vende sus guantes hechos a mano en nuestras tiendas (los mismos que solía hacer para mí cuando era niñe).

Al proporcionar a estas abuelas recursos como materiales, capacitación y apoyo en marketing, POSCO garantiza que reciban una compensación justa por su trabajo, con ingresos sostenibles, y puedan mejorar la calidad y cantidad de sus tejidos vendiendo más de sus propios productos.

Porque la comunidad es el centro de todo lo que hacemos y nuestra Familia, nuestro distintivo de orgullo, POSCO es la excusa perfecta para contar una historia, nuestra historia.

Si no tenés abuelos, ¡puedo compartirte los míos!