Mi nombre es Gastón, soy arquitecto, soñador y tu nuevo zapatero Argentino.
Somos los hijos, nietos e incluso bisnietos de inmigrantes. Venimos de todas partes y sin embargo, ahora pertenecemos a un solo lugar: América Latina. Y dentro de América Latina, al Sur del Sur, está Argentina: el país del buen vino, los asados, el gaucho, el cuero, el tango, el chamamé y la cumbia. Pero lo más importante, la tierra de nuestros seres queridos.
Arquitecto en papel pero zapatero por naturaleza. Un emprendedor en la marcha.
Con la máquina de coser de mi Mamá junto a mi mesa de arquitectura, empezó la historia de POSCO hace 13 años, cuando una noche decidí desarmar mis zapatos favoritos con un cuchillo en mi cocina. Quería entender cómo se hacían los zapatos para poder hacer mejores, sabía que el cuero en Argentina era el mejor del mundo. Mi viaje autodidacta en el calzado comenzó esa noche. Ahí nació POSCO.
Después trabajé día tras día en muestra tras muestra hasta que produje mis primeros 24 pares de zapatillas. Inmediatamente después, me inscribí en una feria local para mostrarlas. Los zapatos no tenían ni etiquetas, pero eso no me importaba, usé papeles adhesivos con mi mail de contacto y el nombre de POSCO escrito a mano. Pero no te emociones demasiado! No vendí ni un solo par de zapatos y nadie probó las legendarias empanadas de mi abuela, que vinieron exclusivamente desde Chaco para apoyarme.
Momentos del camino
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La curiosidad del hacer
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Mi primer par de POSCO
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Un soñador en papel :)
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La primera fábrica con la que trabajé
Mi camino estuvo lleno de obstáculos como este. No tenía una gran idea, experiencia, dinero o conexiones. Solo estaba y sigo siguiendo mi instinto, que me ha llevado a logros inolvidables y momentos que nunca hubiera imaginado. Avanzamos rápidamente hasta el lanzamiento de mi primera tienda insignia (Pasaje Santa Rosa!) hasta aparecer en la portada de FORBES América Latina “30 Under 30 Most Influential Entrepreneurs”, hasta tener los mejores pies del mundo usando mis zapatos (¡Sí, Lio Messi!) y lo más importante, hasta conocer a tantas personas talentosas e inspiradoras en el camino.
Familia. Amigos. Relaciones. Herencia. Historias.
Por lo general, nos encontrás en grupos, todo gira en torno a las conexiones humanas porque si hay algo que aprendí en este viaje es que nada se logra solo. Llegué desde Chaco, Arg a NY gracias al apoyo incondicional, el talento y el arduo trabajo de otros locos “Doers” (aquellxs que hacen) que me empujaron a hacerlo mejor y a seguir adelante.
Nuestra familia es nuestro orgullo y los amigos son sagrados. No hay nada que amemos más que una buena historia, abrazos y besos. Somos románticos por naturaleza, trabajamos, caminamos y luchamos de la misma manera en que amamos, siempre con pasión, como una familia.